Capitulo 5: Cicatrices que aun no se cierran

                                 POV JESS

¿Pero que narices le pasa a Ally? No se que seria mi vida sin ella como para que se ponga ahora a hacer esas tonterías. Ella sabe mas que nadie que lo he pasado muy mal en mi vida intentando que mi madre vaya a una clínica. Ella sabe que en este mundo estoy sola. Que odio la droga mas que a nadie en el mundo, y aun así ella se perjudica la vida como hace mi madre.
No podía estar encerrada mas tiempo con este cabreo y hablando de mi madre, asique prefiero salir a dar una vuelta a mi antiguo barrio, aquel que es mas probable que oigas mas disparos que te quieros.
Me dispongo a salir de casa, hecha una furia, Ally nunca me había visto cabreada de verdad y espero que no lo haga nunca. Esa es una de las razones por las que mi madre me dice que acabare sola, que nadie me soporta, y no la culpo, soy irritable y mas si estoy enfadada. Al pasar por mi antigua casa me llegaron tantos recuerdos a la cabeza, unos buenos, otros malos, recuerdos de mi padre, de mi madre..

Al pasar por esa zona veo a personas, destrozándose la vida, por meterse una raya mas en el cuerpo, como mi madre. Me duele el pensar que Ally puede estar así.. No!! Ella no estará ahí, yo misma hare todo lo posible para que ella sea feliz.
Tantos recuerdos invaden mi mente que las lagrimas se agolpan en mis ojos, quieren salir, pero yo no se lo permito, no voy a llorar por ninguno de los que están allí, y mucho menos por esa persona que llame mamá.

AL final de la esquina veo aquel gimnasio, mi madre me contaba que mi  padre iba allí a practicar para la marina. No se que narices estaba pensando en ese momento, pero entre, cruce la puerta de aquel gimnasio.
Cuando me quise dar cuenta tenia todas las miradas clavadas en mi, algunas miradas de deseo, otras de desprecio, yo ignoraba todo ese tipo de miradas. Lo primero que hice fue pegarle un puñetazo a aquel saco verde de la esquina, incluso sin guantes no sentía el dolor, yo ya tenia un dolor mas grande causado en mi pecho.

Cuando mis humos se bajaron, quise mirar a todas las personas de mi alrededor, había un montón de chicos, y uno de ellos me resulto tan familiar...
ese pelo negro, liso, cayendo por esos ojos azules... aquel cuerpo lleno de pequeñas pero numerosas pecas. Ese chico es Danny. Prácticamente me he criado con Danny, Éramos vecinos y nuestros padres se desfogaban juntos en el mismo bar. Ni el ni yo nos dijimos nada, probablemente ya ni se acuerda de mi. Veo que uno de los chicos con los que entrenaba el pecoso se acerca y me dice:
- eeh! guapa, si quieres jugamos al teto, tu te agachas...
- Prefiero jugar a la caja: te vas al baño y te haces una paja.
- pues si que tiene carácter la princesita esta.

Carácter no se, pero ganas de meterle una pedazo de hostia si tenia, en ese momento me contuve, me contuve para no liarla, y me pare en una pequeña barra que había justo al fondo. Alli se encontraba una joven de no mas de 20 años, morena de piel y pelo castaño, también tenia unos ojos marrones preciosos y muy bien perfilados con una fina línea negra.

- Hola, te pongo algo?

- un vaso de agua por favor,

-sin problema, creo que has sido muy valiente al enfrentarte a todos esos mamonazos. ¿Cuántos años tienes?

- 16, muchas gracias, estoy acostumbrada a liar con gilipollas

- ya se ve, por cierto, soy Miriam y trabajo aquí, puedes venir cuando quieras,
apenas vienen chicas y ninguna deja sin palabras a los inveciles estos, no se libran ninguno, excepto Danny y Damián, mi marido.

- yo soy jess, encantada Miriam, me has caído muy bien, ¿estas casada? cuantos años tienes?

- tengo 19, y si, estoy casada, pero feliz.

_¿puedo preguntarte una cosa?, tu acento..

-esque no soy de aquí, soy de canarias, en España, tanto Damián como yo.

-siempre he querido ir a España. bueno Miriam, me tengo que ir ya, te prometo que ire a verte, adiós, y muchas gracias por el vaso de agua.


Miriam me había caído muy bien, gracias a ella consegui calmarme un poco, e intentar no pegar a cada persona que me encuentre por el camino, de repente, veo que algo se me acerca y veo a un hombre demasiado demacrado a causa de las drogas.

-¿quieres que te ayude en algo guapa?

- ¿quieres que te meta una hostia gilipollas? dejala em paz. Vamos jess, te
acompaño a casa.

-Gracias Danny, no pensaba que te acordarías de mi.

-como no e iba a acordar de mi Jessminda.

-Tu tan gracioso como siempre lentejo.

-por cierto, has hecho muy bien callándole la boca al gilipollas de Scott. se lo
merecía.

-gracias.

-oye, eres buena dándole golpes al saco, cualquiera diría que tienes un buen futuro en el boxeo, tal vez si vuelves mañana te busco a alguien que te pueda entrenar.

-Veras danny, mi intención no es triunfar en el boxeo.

-pero se te da muy bien, es desperdiciar ese bonito don, tu piénsatelo jess.

- vale, me lo pensare.

- sube a la moto, te llevo a casa.

Me sube en aquella vespa  negra, me acuerdo cuando era su padre el que nos llevaba a Danny y a mi a dar un paseo en aquella vespa. En menos de 10 minutos ya hemos llegado a mi casa.

- Aquí es, gracias Danny.

- No las des jess, me ha encantado volver a verte, se te echaba de menos por el comedor social.

yo le dedique una sonrisa y entre dentro de casa, ya relajada, me disponía a darme una ducha, había sudado mucho. en ese momento oigo las llaves, será Ally que vuelve de emporrarse. En estos momentos no se si creerla o no, se que ella no me dejara nunca sola. También se que ella no será capaz de fumar ni un solo porro, pero mis inseguridades vuelven a darme el coñazo, solo sé que debería perdonarla, debería creerla, porque la quiero y porque es la única amiga de verdad, de momento, porque parece que dougie es demasiado majo y danny.. yo creo que quiere volver a esa relación de antes, pero lo que no sabe es que ya no soy una cria, y que yo soy ahora la que decide mis amistades.