POV JESS
Sabía bien lo que
hacía, sabía bien lo que quería, ero lo que no sabía es qué
conseguiría con ello. Que conseguí tiempo atrás y por qué ahora
no vale nada para mí. Tenía las ideas claras desde hace un par de
días. Sabía que esto del boxeo no llegaría a ninguna parte, que me
estaba aferrando a algo que me estaba haciendo mas daño que yo
misma.
Un par de golpes me
sacan de mis pensamientos y las voces del Sr Harington se pegan en
mis oídos. Es mi profesor de ética y también da teatro. Es un
hombre de unos 28 años, pelo moreno y rizado que le llegaba un poco
mas arriba de los hombros y ojos marrones y expresivos. El Sr
Harington no era como los demás profesores. Él era diferente. Podía
hacer de una clase cualquiera una tertulia divertida, era capaz de
irse por las ramas a mitad de la conversación y acabar esta
volviendo al tema inicial, sin lugar a dudas, el sr Harington era un
amante de su trabajo.
-Srta Nelson, Si
sigue en mi clase, ¿le podría decir su opinión a Markus sobre lo
que está diciendo de un tema tan simple como la libertad?
-Si claro,
Representamos la libertad como el vuelo de un pájaro, es más
decimos que esto es un país libre. Nos equivocamos. No sabemos lo
que es libre porque ni siquiera uno mismo lo es.
Se supone que somos
libres para pensar y opinar, sin embargo siempre nos dejamos llevar
por opiniones mayores. Si el mundo fuese libre no habría millones de
homosexuales escondidos en el armario porque no se sienten lo
suficientemente libres como para expresar su homosexualidad, ni
jóvenes queriendo adelgazar solo porque la sociedad les puso una
etiqueta de mierda. Si para ti ser libre es eso, creo que tenemos
opiniones diferentes de la libertad. -Iba a continuar cuando un par
de aplausos me cortaron-Bien srta Nelson, como usted dice, tenemos
ideas diferentes ahora, prosiga señorito Colfer -Continuó diciendo
mi profesor de ética.
Cuando la clase
acabó recogí mis cosas me dirigí a cruzar el pasillo para
reencontrarme con Ally cuando unas voces me pidieron que me detuviese
-Hey, Nelson, me
gusta como has hablado hace un rato en mi clase, me gusta tu forma de
ver las cosas
-Gracias señor
Harington
-Podemos quedar esta
tarde después de clase y seguir hablando.
Que un profesor
quisiera hablar conmigo me resultaba de lo mas extraño, pero si
aceptaba tendría una buena escusa que decirle a doug para no tener
que vernos esta tarde
-Me parece bien
-Perfecto, ¿en el
aula de teatro? Hoy no hay ensayo y está libre
-Claro, después de
clases estaré allí.
-Perfecto, nos vemos
Anne
se dio media vuelta
y se fue, quise gritarle que mi nombre es Jess, no Anne, pero ya
estaba demasiado lejos.
Me encontré a Emma
sentada en uno de los bancos con su móvil en la mano mirándome
-Hola-Me limité a
saludar-
-¿Acabas de hablar
con el sr Harington?
-Es mi profesor de
ética. Mola ¿Verdad? -dije seguido de un movimiento de cejas que
hicieron que a Emma le entrara la risa floja-
- Y por estas cosas
me arrepiento de coger ciencias-Dijo riendo-Está buenísimo, me
enteré de que dirige el club de teatro y quise apuntarme, pero soy
demasiado vergonzosa.
-El 80% de las
chicas de mi clase se han apuntado por él. Menuda tontería
-¿Y tú por qué
estas en su clase?
-Es en la única
clase en la que destaco por ser yo misma.
-Te entiendo.¿Y qué
quería decirte?
-Quería que
quedásemos en el aula de teatro al acabar las clases. Al parecer le
gusta mi forma de expresarme.
-Wow, menuda
proposición-Iba a continuar cuando las voces de Ally y Doug nos
cortan-
¿De que
hablabais?-Quiso saber Ally
-Esta tarde no puedo
salir, el señor Harington quiere que hable con él después de
clases.
-¿Todo bien?-quiso
saber Ally-Sabes que puedes contar conmigo..
-Ally, va todo bien,
al parecer me expreso muy bien en sus clases, eso es todo-me vuelvo a
colgar mi mochila al hombro y me voy. Definitivamente hoy no era mi
día.
Tenía un
remordimiento tan grande que me comía por dentro. Sabía que si
dejaba el boxeo le haría daño a Harry y a los demás, pero que si
no lo dejaba también me lo haría a mí misma. Paso mis dedos sobre
mi tabique nasal, todavía sigue de un color morado, solo que ya no
lo cubro con gasas.
El boxeo acabaría
conmigo más rápido de lo que lo hizo la vida.
Pasadas varias horas
de tortura por fin acaban las clases y todo el remordimiento sigue
dentro.
Me encuentro a Emma
yendo al aparcamiento del instituto donde la esperaba su madre en el
coche.
-Que te vaya bien
con tu profesor-me grita desde la lejanía
- Gracias, le
hablaré de ti-Consigo responder antes de llamar a la puerta de
aquella sala. Entro y veo que el señor Harington no ha llegado
todavía, así que cojo una de las sillas y me siento en ella
mientras mis manos se mueven inquietas y pienso una forma de quitarme
todo esto de la cabeza
antes de que mi
profesor llegue, pero veo que ya es demasiado tarde.
Su melena rizada se
abre paso entre la hilera de sillas para sentarse en la que está
justo enfrente de la mía y comienza la conversación con un sonoro
hola, al que yo respondo tímidamente.
-¿Qué tal
Anne?-Quiso saber con su tono de voz grave, mientras me sacudía la
cabeza como si fuese un niño pequeño, aunque debo admitir que su
gesto me agradó, me hizo recordar-
-Un poco cansada, he
tenido 3 exámenes hoy -Contesto mientras me coloco varios mechones
de pelo que se han alborotado por el roce de sus manos sobre estos
detrás de la oreja-
-Tranquila, he
hablado con varios profesores tuyos, al parecer mi asignatura es la
única que tienes aprobada, y con buena nota, además. ¿Tan bien
hago mi trabajo?-suelta una pequeña risilla-
- Es en la única
clase en la que no necesito ser lista, en la que no necesito saber
fechas estúpidas ni descifrar incógnitas, porque la única
incógnita que existe para mí en tu clase es la vida. Cada cosa que
me pregunta la sé porque la viví, porque estuve cerca de aquel
fuego, y aunque no quiera siempre acababa quemándome.-contesté sin
mas, ni siquiera yo misma le veía algo de lógica a lo que decía,
pero al parecer él sí, se levantó de su silla y aplaudió-
-Por fín me cuentas
tu secreto, después de leer tu expediente me extrañaba que supieses
todo eso por los libros de filisofía-
-Tampoco has tenido
que leer mucho-Le contesté refiriéndome a mi expediente-
-Anne, es verdad que
no tienes un expediente perfecto, pero tienes empatía, humildad,
experiencia, ganas de aprender, y como profesor te aprecio el
interés que pones en mis clases, aunque ahora demuestres estar un
poco ausente ¿Tiene eso algo que ver con Douglas Lee Poynter?-¿Cómo
podía saberlo? Si nisiquiera le da clases a Doug, ¿Me espía?-
- Os ví el jueves
paseando por Hyde park-
-Ah, Pero no, no
tengo nada con Doug, y menos que a usted le importe, ¿presto
atención a su clase no? ¿Pues porqué no se conforma con eso? Lo
que haga en mi vida privada ya es cosa mía-Contesté con desgana,
mientras cogia mi mochila para irme-
-Espera Anne, Leí
en tu expediente que no vives con tus padres, queria preguntarte..
-No se puede vivir
con una alcoholica, y con un muerto menos ¿Contento?
-Te entiendo, quería
decirte que si necesitas alguna ayuda o a alguien para hablar que..
-Escuche-Le corté-
Llevo 17 años de mi vida sola, buscandome la vida yo sola,
conociendo las calles ocuras de londres y a mi madre enfadada, y
justo ahora, llega usted con complejo de superheroe pretendiendo que
puede ayudarme, pero no puede ¿Sabe? Nadie puede, es más, no quiero
que nadie lo haga, no necesito ayuda, ni tampoco alguien que me
quiera, solo quiero que la gente como usted me deje en paz, no soy el
muñeco de sus clases.-No era consciente de lo que decía, solo
quería salir de ahí, huir, como había hecho siempre, escondiendome
del problema.
-No pretendo hacer
de “Superheroe” lo que pasa es que nunca vas a aceptar que te
ayuden porque la gente que “Intentó” ayudarte, te equivocó, Te
hicieron daño haciendote creer que te ayudarían, por eso ahora no
sabes lo que significa ayuda ni te fias de nadie, y no te culpo, la
vida es puta, y no tiene compasión por nadie, ni por una niña
pequeña, pero ya no eres una niña, anne, Ya no tienes por qué
actuar así.Tienes que aceptar que la gente se preocupe por tí, no
lo digo como profesor, sino como amigo.
-Mas bien diría
como Psicólogo. Te crees que puedes concederme una consulta, que te
voy a contar mis problemas, y aún así pretender que no sucedió
nada. ¿Por qué debería hacerlo,? ¿Por qué deberia hacerle caso?
Ni siquiera me conoce, Se cree que por leer un expediente puede leer
lo que se esconde detrás de corazas, que me pasé años contruyendo
para que eimbéciles como usted me vengan con ayuda. Y parece que me
dice que mi problema es que voy de fen fatal a la que le han roto
los esquemas, que los encandilo con una historia falsa por que no
tengo ni agallas ni cojones de hacerlo de otra manera. ¿Qué
esquemas me van a romper a mí? Si es a mí a la que rompen entera,
obligándome a ser otra por fuera, a sonreir, aunque mis ganas no me
lo pidan, hasta que un día descubrí que de una sonrisa también
salen balas. Que no tenía por qué quedarme callada, que de ve en
cuando lo de dentro podría salir a fuera a respirar, y de paso,
matar a alguien a miradas, a sonrisas, que todo esto lo aprendí yo
sola. Que usted llega tarde, se siente, ya no puede detenerme,
ayudarme.
-Sabes Anne, dicen
que el primer amor que recibimos de nuestra madre al nacer. Y al no
tenerlo, nos agarramos a algo, aunque nos haga daño, porque no nos
sentimos queridos aquella vez, por eso rehuÍmos de todo amor, de
todo cariño. Por eso buscas a chicos, que tu crees que les das amor,
pero en realidad, llenas el vacio que hizo tu madre al
rechazarte-Dice con una voz tranquila, y logra que pequeñas lágrimas
resbalen por mis mejillas, me estaba desrozando entera, no él, si no
yo. Él solo me estaba descubriendo, destapando las incógnitas que
guaradaba aisladas en el candado que custodia mi corazón, que aunque
haya tirado la llave, hay mil maneras, es decir, palabras, que hacer
que este se abra.
-Creo que ya se ha
acabado la clase por hoy-Digo con la voz rota, recogiendo mi mochila,
con ganas de pegar a lo primero que se me acerque. Entonces, el Sr
Harington se acerca y me pasa una tarjeta, que en vez de romperla
decido guardarmela en el bolsillo de los jeans, mas que nada por
respeto, el poco que me quedaba hacia él en ese momento.
Al salir de aquella
clase solo quería llegar a casa y llorar, y tirar las paredes, y
chillar, y cerrar los ojos tan fuerte que cuando vuelva a abrirlos
nada de esto haya sucedido.
Consigo meter la
llave en la cerradura y al cerrar la puerta y tirar la mochila lejos
me encierro en el baño. Hoy Ally había salido con Harry, asi que
estaría sola durante el resto de la tarde.
¿Y si lo que decía
es verdad? ¿Y si soy solo una cara bonita, con una coraza que me
oprime sentir? ¿Que reniego de toda ayuda porque estoy tan
equivocada que ya no sé diferenciar ni quien soy.?
Soy una cobarde, eso
es lo que soy. Una cobarde que no le planta cara a su madre, que no
ha amado en su vida ni sabe como hacerlo, que solo valgo para dar
hostias y partirme la nariz, que he destrozado todo sueño, toda
ilusión por el miedo que me daba el que me destrozase mas por
dentro.
Que si que es verdad
que voy de fen fatal, Que me aferro a Dougie, pensando y haciendole
pensar que lo que le doy es amor, pero solo estoy llenando ese vacio,
porque en el fondo, a nadie le gusta acabar solo, por eso me aferro a
algo que creo que es amor, porque ni yo misma conozco lo que es,
porque es lo mas parecido al amor que creo conocer, porque estoy sola
y no quiero darme cuenta.
Levanto la cabeza y
miro al espejo ¿Por qué sigo aquí? En el fondo solo soy una chica
rota, que pensaba que tenía todo controlado cuando ni ella misma se
controlaba. Que pensaba que podría dar 3 golpes a un saco y evadirse
de todo. Que solo valgo para eso. Que no puedo quitarme del boxeo
porque es en lo único en lo que no he defraudado a nadie, ni a mí
misma.
Que me duele mirarme
en el espejo, porque me da asco como trato de esbozar una sonrisa
estúpida mientras todo a mi alrededor son cimientos.
Le pegué fuerte al
espejo, dicen que golpees el problema de raíz ¿Pero qué pasa si yo
soy el problema? Pienso mientras millones de cristales rotos se caen
sobre mis manos, proporcionándoles cortes y proyectándome en miles
de pedacitos rotos, justo lo que soy, montones de pedazos rotos que
se manchan de sangre.
Cojo uno de ellos y
lo clavo en la muñeca y verticalmente lo dejo deslizar por mi
muñeca como cuando ves deslizar las gotitas de lluvia en las
ventanas, dejando un rastro de sangre a mi alrededor y un aleve
mareo, mis ojos quieren cerrarse y mi cabeza me da vueltas, pero yo
continúo. Ahora en a otra muñeca, cuando noto un leve golpe y mis
ojos empiezan a cerrarse lentamente, preguntándome si mi tren ya ha
llegado a su parada.
POV ALLY
Sangre, eso es todo
lo que recuerdo antes de que las manchas borrosas me mareasen por
completo. Sangre y un gran dolor de cabeza. Llevo metida 2 horas en
esta puta clínica esperando que se produzca una mierda de milagro o
algo que me deje saber si mi amiga se va a morir o no.
Cuando llamamos a la
ambulancia nos dijeron que los cortes eran muy profundos, pero que
habíamos llamado a tiempo. Y yo no se si creermelo o tomarmelo como
quien dice que “Se hizo lo que se pudo”
Todavia lo recuerdo.
Todavia recuerdo el reguero de sangre que cubría sus muñecas, sus
piernas, a ella. Pequeños mechones castaños tiznados de color rubí.
A través de mis
lágrimas podía ver el dolor en la cara de Harry, esas lágrimas
resbalandose por las mejillas mientras tapaba las heridas de jess con
retazos de su camiseta rasgada y poco a poco manchada de sangre.
Y yo estaba ahí,
viendo todo, analizandolo todo, porque estaba ahí, aunque hubiese
deseado mil veces no haber estado. Entonces fue cuando me mareé,
cuando mis pulsaciones aumentaron y mis ojos se cerraron. Dejando a
Harry solo, aunque prometí que no lo haría nunca.