viernes, 2 de octubre de 2015

Capitulo 29 *Añadir titulo*





POV JESS


Sabía bien lo que hacía, sabía bien lo que quería, ero lo que no sabía es qué conseguiría con ello. Que conseguí tiempo atrás y por qué ahora no vale nada para mí. Tenía las ideas claras desde hace un par de días. Sabía que esto del boxeo no llegaría a ninguna parte, que me estaba aferrando a algo que me estaba haciendo mas daño que yo misma.
Un par de golpes me sacan de mis pensamientos y las voces del Sr Harington se pegan en mis oídos. Es mi profesor de ética y también da teatro. Es un hombre de unos 28 años, pelo moreno y rizado que le llegaba un poco mas arriba de los hombros y ojos marrones y expresivos. El Sr Harington no era como los demás profesores. Él era diferente. Podía hacer de una clase cualquiera una tertulia divertida, era capaz de irse por las ramas a mitad de la conversación y acabar esta volviendo al tema inicial, sin lugar a dudas, el sr Harington era un amante de su trabajo.

-Srta Nelson, Si sigue en mi clase, ¿le podría decir su opinión a Markus sobre lo que está diciendo de un tema tan simple como la libertad?
-Si claro, Representamos la libertad como el vuelo de un pájaro, es más decimos que esto es un país libre. Nos equivocamos. No sabemos lo que es libre porque ni siquiera uno mismo lo es.
Se supone que somos libres para pensar y opinar, sin embargo siempre nos dejamos llevar por opiniones mayores. Si el mundo fuese libre no habría millones de homosexuales escondidos en el armario porque no se sienten lo suficientemente libres como para expresar su homosexualidad, ni jóvenes queriendo adelgazar solo porque la sociedad les puso una etiqueta de mierda. Si para ti ser libre es eso, creo que tenemos opiniones diferentes de la libertad. -Iba a continuar cuando un par de aplausos me cortaron-Bien srta Nelson, como usted dice, tenemos ideas diferentes ahora, prosiga señorito Colfer -Continuó diciendo mi profesor de ética.
Cuando la clase acabó recogí mis cosas me dirigí a cruzar el pasillo para reencontrarme con Ally cuando unas voces me pidieron que me detuviese
-Hey, Nelson, me gusta como has hablado hace un rato en mi clase, me gusta tu forma de ver las cosas
-Gracias señor Harington
-Podemos quedar esta tarde después de clase y seguir hablando.
Que un profesor quisiera hablar conmigo me resultaba de lo mas extraño, pero si aceptaba tendría una buena escusa que decirle a doug para no tener que vernos esta tarde
-Me parece bien
-Perfecto, ¿en el aula de teatro? Hoy no hay ensayo y está libre
-Claro, después de clases estaré allí.
-Perfecto, nos vemos Anne
se dio media vuelta y se fue, quise gritarle que mi nombre es Jess, no Anne, pero ya estaba demasiado lejos.
Me encontré a Emma sentada en uno de los bancos con su móvil en la mano mirándome
-Hola-Me limité a saludar-
-¿Acabas de hablar con el sr Harington?
-Es mi profesor de ética. Mola ¿Verdad? -dije seguido de un movimiento de cejas que hicieron que a Emma le entrara la risa floja-
- Y por estas cosas me arrepiento de coger ciencias-Dijo riendo-Está buenísimo, me enteré de que dirige el club de teatro y quise apuntarme, pero soy demasiado vergonzosa.
-El 80% de las chicas de mi clase se han apuntado por él. Menuda tontería
-¿Y tú por qué estas en su clase?
-Es en la única clase en la que destaco por ser yo misma.
-Te entiendo.¿Y qué quería decirte?
-Quería que quedásemos en el aula de teatro al acabar las clases. Al parecer le gusta mi forma de expresarme.
-Wow, menuda proposición-Iba a continuar cuando las voces de Ally y Doug nos cortan-
¿De que hablabais?-Quiso saber Ally
-Esta tarde no puedo salir, el señor Harington quiere que hable con él después de clases.
-¿Todo bien?-quiso saber Ally-Sabes que puedes contar conmigo..
-Ally, va todo bien, al parecer me expreso muy bien en sus clases, eso es todo-me vuelvo a colgar mi mochila al hombro y me voy. Definitivamente hoy no era mi día.

Tenía un remordimiento tan grande que me comía por dentro. Sabía que si dejaba el boxeo le haría daño a Harry y a los demás, pero que si no lo dejaba también me lo haría a mí misma. Paso mis dedos sobre mi tabique nasal, todavía sigue de un color morado, solo que ya no lo cubro con gasas.
El boxeo acabaría conmigo más rápido de lo que lo hizo la vida.
Pasadas varias horas de tortura por fin acaban las clases y todo el remordimiento sigue dentro.
Me encuentro a Emma yendo al aparcamiento del instituto donde la esperaba su madre en el coche.
-Que te vaya bien con tu profesor-me grita desde la lejanía
- Gracias, le hablaré de ti-Consigo responder antes de llamar a la puerta de aquella sala. Entro y veo que el señor Harington no ha llegado todavía, así que cojo una de las sillas y me siento en ella mientras mis manos se mueven inquietas y pienso una forma de quitarme todo esto de la cabeza
antes de que mi profesor llegue, pero veo que ya es demasiado tarde.
Su melena rizada se abre paso entre la hilera de sillas para sentarse en la que está justo enfrente de la mía y comienza la conversación con un sonoro hola, al que yo respondo tímidamente.
-¿Qué tal Anne?-Quiso saber con su tono de voz grave, mientras me sacudía la cabeza como si fuese un niño pequeño, aunque debo admitir que su gesto me agradó, me hizo recordar-

-Un poco cansada, he tenido 3 exámenes hoy -Contesto mientras me coloco varios mechones de pelo que se han alborotado por el roce de sus manos sobre estos detrás de la oreja-
-Tranquila, he hablado con varios profesores tuyos, al parecer mi asignatura es la única que tienes aprobada, y con buena nota, además. ¿Tan bien hago mi trabajo?-suelta una pequeña risilla-

- Es en la única clase en la que no necesito ser lista, en la que no necesito saber fechas estúpidas ni descifrar incógnitas, porque la única incógnita que existe para mí en tu clase es la vida. Cada cosa que me pregunta la sé porque la viví, porque estuve cerca de aquel fuego, y aunque no quiera siempre acababa quemándome.-contesté sin mas, ni siquiera yo misma le veía algo de lógica a lo que decía, pero al parecer él sí, se levantó de su silla y aplaudió-
-Por fín me cuentas tu secreto, después de leer tu expediente me extrañaba que supieses todo eso por los libros de filisofía-

-Tampoco has tenido que leer mucho-Le contesté refiriéndome a mi expediente-
-Anne, es verdad que no tienes un expediente perfecto, pero tienes empatía, humildad, experiencia, ganas de aprender, y como profesor te aprecio el interés que pones en mis clases, aunque ahora demuestres estar un poco ausente ¿Tiene eso algo que ver con Douglas Lee Poynter?-¿Cómo podía saberlo? Si nisiquiera le da clases a Doug, ¿Me espía?-

- Os ví el jueves paseando por Hyde park-
-Ah, Pero no, no tengo nada con Doug, y menos que a usted le importe, ¿presto atención a su clase no? ¿Pues porqué no se conforma con eso? Lo que haga en mi vida privada ya es cosa mía-Contesté con desgana, mientras cogia mi mochila para irme-
-Espera Anne, Leí en tu expediente que no vives con tus padres, queria preguntarte..
-No se puede vivir con una alcoholica, y con un muerto menos ¿Contento?
-Te entiendo, quería decirte que si necesitas alguna ayuda o a alguien para hablar que..
-Escuche-Le corté- Llevo 17 años de mi vida sola, buscandome la vida yo sola, conociendo las calles ocuras de londres y a mi madre enfadada, y justo ahora, llega usted con complejo de superheroe pretendiendo que puede ayudarme, pero no puede ¿Sabe? Nadie puede, es más, no quiero que nadie lo haga, no necesito ayuda, ni tampoco alguien que me quiera, solo quiero que la gente como usted me deje en paz, no soy el muñeco de sus clases.-No era consciente de lo que decía, solo quería salir de ahí, huir, como había hecho siempre, escondiendome del problema.

-No pretendo hacer de “Superheroe” lo que pasa es que nunca vas a aceptar que te ayuden porque la gente que “Intentó” ayudarte, te equivocó, Te hicieron daño haciendote creer que te ayudarían, por eso ahora no sabes lo que significa ayuda ni te fias de nadie, y no te culpo, la vida es puta, y no tiene compasión por nadie, ni por una niña pequeña, pero ya no eres una niña, anne, Ya no tienes por qué actuar así.Tienes que aceptar que la gente se preocupe por tí, no lo digo como profesor, sino como amigo.

-Mas bien diría como Psicólogo. Te crees que puedes concederme una consulta, que te voy a contar mis problemas, y aún así pretender que no sucedió nada. ¿Por qué debería hacerlo,? ¿Por qué deberia hacerle caso? Ni siquiera me conoce, Se cree que por leer un expediente puede leer lo que se esconde detrás de corazas, que me pasé años contruyendo para que eimbéciles como usted me vengan con ayuda. Y parece que me dice que mi problema es que voy de fen fatal a la que le han roto los esquemas, que los encandilo con una historia falsa por que no tengo ni agallas ni cojones de hacerlo de otra manera. ¿Qué esquemas me van a romper a mí? Si es a mí a la que rompen entera, obligándome a ser otra por fuera, a sonreir, aunque mis ganas no me lo pidan, hasta que un día descubrí que de una sonrisa también salen balas. Que no tenía por qué quedarme callada, que de ve en cuando lo de dentro podría salir a fuera a respirar, y de paso, matar a alguien a miradas, a sonrisas, que todo esto lo aprendí yo sola. Que usted llega tarde, se siente, ya no puede detenerme, ayudarme.

-Sabes Anne, dicen que el primer amor que recibimos de nuestra madre al nacer. Y al no tenerlo, nos agarramos a algo, aunque nos haga daño, porque no nos sentimos queridos aquella vez, por eso rehuÍmos de todo amor, de todo cariño. Por eso buscas a chicos, que tu crees que les das amor, pero en realidad, llenas el vacio que hizo tu madre al rechazarte-Dice con una voz tranquila, y logra que pequeñas lágrimas resbalen por mis mejillas, me estaba desrozando entera, no él, si no yo. Él solo me estaba descubriendo, destapando las incógnitas que guaradaba aisladas en el candado que custodia mi corazón, que aunque haya tirado la llave, hay mil maneras, es decir, palabras, que hacer que este se abra.

-Creo que ya se ha acabado la clase por hoy-Digo con la voz rota, recogiendo mi mochila, con ganas de pegar a lo primero que se me acerque. Entonces, el Sr Harington se acerca y me pasa una tarjeta, que en vez de romperla decido guardarmela en el bolsillo de los jeans, mas que nada por respeto, el poco que me quedaba hacia él en ese momento.

Al salir de aquella clase solo quería llegar a casa y llorar, y tirar las paredes, y chillar, y cerrar los ojos tan fuerte que cuando vuelva a abrirlos nada de esto haya sucedido.


Consigo meter la llave en la cerradura y al cerrar la puerta y tirar la mochila lejos me encierro en el baño. Hoy Ally había salido con Harry, asi que estaría sola durante el resto de la tarde.


¿Y si lo que decía es verdad? ¿Y si soy solo una cara bonita, con una coraza que me oprime sentir? ¿Que reniego de toda ayuda porque estoy tan equivocada que ya no sé diferenciar ni quien soy.?
Soy una cobarde, eso es lo que soy. Una cobarde que no le planta cara a su madre, que no ha amado en su vida ni sabe como hacerlo, que solo valgo para dar hostias y partirme la nariz, que he destrozado todo sueño, toda ilusión por el miedo que me daba el que me destrozase mas por dentro.
Que si que es verdad que voy de fen fatal, Que me aferro a Dougie, pensando y haciendole pensar que lo que le doy es amor, pero solo estoy llenando ese vacio, porque en el fondo, a nadie le gusta acabar solo, por eso me aferro a algo que creo que es amor, porque ni yo misma conozco lo que es, porque es lo mas parecido al amor que creo conocer, porque estoy sola y no quiero darme cuenta.
Levanto la cabeza y miro al espejo ¿Por qué sigo aquí? En el fondo solo soy una chica rota, que pensaba que tenía todo controlado cuando ni ella misma se controlaba. Que pensaba que podría dar 3 golpes a un saco y evadirse de todo. Que solo valgo para eso. Que no puedo quitarme del boxeo porque es en lo único en lo que no he defraudado a nadie, ni a mí misma.
Que me duele mirarme en el espejo, porque me da asco como trato de esbozar una sonrisa estúpida mientras todo a mi alrededor son cimientos.

Le pegué fuerte al espejo, dicen que golpees el problema de raíz ¿Pero qué pasa si yo soy el problema? Pienso mientras millones de cristales rotos se caen sobre mis manos, proporcionándoles cortes y proyectándome en miles de pedacitos rotos, justo lo que soy, montones de pedazos rotos que se manchan de sangre.
Cojo uno de ellos y lo clavo en la muñeca y verticalmente lo dejo deslizar por mi muñeca como cuando ves deslizar las gotitas de lluvia en las ventanas, dejando un rastro de sangre a mi alrededor y un aleve mareo, mis ojos quieren cerrarse y mi cabeza me da vueltas, pero yo continúo. Ahora en a otra muñeca, cuando noto un leve golpe y mis ojos empiezan a cerrarse lentamente, preguntándome si mi tren ya ha llegado a su parada.


POV ALLY


Sangre, eso es todo lo que recuerdo antes de que las manchas borrosas me mareasen por completo. Sangre y un gran dolor de cabeza. Llevo metida 2 horas en esta puta clínica esperando que se produzca una mierda de milagro o algo que me deje saber si mi amiga se va a morir o no.
Cuando llamamos a la ambulancia nos dijeron que los cortes eran muy profundos, pero que habíamos llamado a tiempo. Y yo no se si creermelo o tomarmelo como quien dice que “Se hizo lo que se pudo”
Todavia lo recuerdo. Todavia recuerdo el reguero de sangre que cubría sus muñecas, sus piernas, a ella. Pequeños mechones castaños tiznados de color rubí.
A través de mis lágrimas podía ver el dolor en la cara de Harry, esas lágrimas resbalandose por las mejillas mientras tapaba las heridas de jess con retazos de su camiseta rasgada y poco a poco manchada de sangre.
Y yo estaba ahí, viendo todo, analizandolo todo, porque estaba ahí, aunque hubiese deseado mil veces no haber estado. Entonces fue cuando me mareé, cuando mis pulsaciones aumentaron y mis ojos se cerraron. Dejando a Harry solo, aunque prometí que no lo haría nunca.